El Libro, antes que el Autor
El objeto paradójico provenía de
un Universo Paralelo; de un mundo tal que sólo tenía algo de particular: era
más ordinario en una ínfima razón de 1 a 7 mil millones. Y su búsqueda había concluido.
Aquel joven de 23 años se refugiaba
bajo la parada de autobús, con mochila al hombro y la ropa húmeda; se cuestionaba
las injustas negativas de la vida. Suspiró con una sensación de dureza en el
estómago que ya conocía demasiado bien: una mezcla de impotencia, hambre y
desesperación.
Se preguntaba qué mierda iba a
hacer llegando a casa, con esa carga de decepciones y expectativas derrumbadas,
con ese sabor amargo de haber dado las gracias por una patada en las pelotas;
por una oportunidad que estuvo tan cerca de concretarse y le dio la espalda (¡carajo,
tan cerca!).
Cuando llegó el transporte y
todos abordaban, se percató de que le faltaba dinero; el precio había subido. ¿Qué
más daba?, había caminado siempre. No eran nada unas decenas de Kilómetros.
La lluvia tampoco se portó gentil.
Alcanzó su punto máximo como tromba enloquecida. El agua llegó a estorbarle la
vista, así que quiso subir la mochila a la cabeza. Para su desgracia, estaba abierta.
Libros y carpetas cayeron, cómplices de la gravedad, y se humedecieron en el
pavimento.
No le importó arrugar cuanto tenía
que meter: un kardex construido a base de noches sin dormir, de renuncia al tiempo
libre; un Título Profesional que no le estaba ayudando, que no le llevaba a
otro lado más que a la ruina y el fracaso.
Y arrodillado, lo vio. En la imagen
más ilógica. Incrustado en la acera, como sumergido… un Libro.
Lo tomó por la esquina e hizo el
esfuerzo para examinarlo. Fue como sacar la espada de la piedra, se deslizó con
una suavidad inesperada. Estaba seco, y sus páginas en blanco.
“Bucle de Trances” era el nombre
de la obra. “Creo que necesitas un Autor, amigo mío” pensó, con el agradecimiento
de saberse poseedor de algo.
El primer destino de su mente fue
la almohada. Necesitaba dormir, pero no por iniciativa suya, sino como una petición
del Libro, como una instrucción no hablada, pero tan clara.
Soñó con una oscuridad inmensa,
con un sitio recóndito del Multiverso, cuya lejanía era abrumadora, inimaginable;
sintió las ansias tremendas por volver. Percibió en el silencio un discurso
ancestral, que le decía: “Provenimos de este Universo. Aquí nunca has existido.
Nosotros lo hacemos en tu lugar. Todo lo que piensas en tu mundo se almacena aquí,
y surgimos. El portal ahora se ha abierto”.
A la mañana siguiente, ofuscado,
fue al baño con el impulso de vomitar, pero no lo logró. Cuando se aferró al
lavamanos y miró al espejo, descubrió su objetivo. Tenía la piel cubierta de
letras, trazadas de una forma tan macabra que parecían minúsculas zanjas en la
epidermis, a punto de sangrar.
Ya estaba sobre el escritorio el
libro, con un bolígrafo descansando entre las páginas centrales. Se llevó el
espejo a un sitio cómodo y comenzó a escribir el mensaje de su piel en el papel.
“Bucle de Trances… ¿qué pasará
cuando termine tus páginas? No quiero que sólo hayas sido una distracción para
esta vida. No me ha ido muy bien”.
Reiteraba al Libro la incertidumbre
que sentía, en espera de alguna respuesta onírica. Sin embargo, una noche, un
par de meses después, recibió la revelación. Sus ojos se abrieron ante una iluminación
azulada, acuosa. Las páginas del libro emitían esa luminiscencia.
Había un hombre sentado en el
sofá, hecho de sombras; se levantó para hablar al pie de la cama. Su presencia
era apenas neutra, pero confiable. “Déjalo todo y aquí entregarás un Legado.
Construye el Reino de Las Entidades Acechantes y quedaremos conectados. Todos
enloquecerán, el mismo inframundo se estremecerá. Bucle de Trances es el portal
hacia esa locura catártica” dijo, y tras tocar las páginas azuladas, fulgentes,
desapareció. Todo se hundió en penumbra.
Por: Víctor C. Frías
Espero hayas Disfrutado de este Relato,
¡Agradezco Mucho Tus Lecturas!
Para tener Bucle de Trances en tu Librero, da clic Aquí
Comentarios
Publicar un comentario
Aquí te dejo espacio para que me compartas tu opinión sobre los Relatos.