Contacto oscuro
Absorto lees tu ejemplar de Las Entidades Acechantes. Se te ha ido el tiempo; no tienes otra opción que detenerte cuando ha oscurecido. Es una noche opacada por latentes tormentas, no hay luna que ilumine. "Vuelve a la cama, cariño", te dice la voz dulcísona. Cuando recuerdas que vives en soledad, enciendes la luz de tu teléfono... te encuentras con ella. Mueves el interruptor y estalla la bombilla. Sigues en penumbra; la puerta no se abre, y ella va tras de ti. Escuchas el murmullo del cuerpo arrastrándose. Vulnerado, usas el Libro como tu escudo, y te aferras más a él cuando las falanges podridas se han cerrado en tu tobillo. Como si cupieras detrás del ejemplar, te encoges con los ojos cerrados, sujetándolo ante ti. Ella jadea profundamente, y su aliento sulfhídrico te sofoca. En tus manos sientes un estremecimiento: es el empastado convulso del libro. Te esfuerzas por no soltarlo. Sientes un empuje que te aprisiona contra la puerta cerrada, y cuando abre