La Visión Múltiple

Decidí el desarrollo de mi investigación gracias a aquel momento crucial, un lustro atrás:

Era noche de luna nueva. Mientras dormía, sentí la levedad de mi cuerpo astral. Me desprendí como una escama inmaterial.

Floté en el espacio próximo a la cama, con muchos temores al verme dormido. La semejanza con la muerte le daba a esa experiencia un matiz sobrecogedor. Y recordé lo tanto que se menciona que atestiguarse a uno mismo despertando es una posibilidad de No Retorno, de Disociación.

Estuve consciente de dos cosas. La primera fue que estaba yo a la espera de algo, como si el desprendimiento hubiera sido voluntario y en el umbral de un evento; algo estaba por suceder. 

La segunda fue un Saber extraño, ajeno a mi realidad espacio-temporal. Como si llevara en la memoria un fragmento perdido del conocimiento científico. Tenía el Entendimiento sobre unos corpúsculos omnipresentes que serían capaces de transportarme entre Dimensiones.

Dejarme envolver por ellos, similar a sumergirme en el agua, me permitiría ver en conjunto toda la existencia. Me di una idea de la perturbación que implicaría ver a los acompañantes nocturnos, a los entes que nos susurran cada horrible pensamiento sin que nosotros lo sepamos; a los seres que determinan lo que sucede en nuestro mundo.

Y tras preguntarme si lo que estaba viviendo era una pesadilla o un sueño lúcido, lo vi: un espécimen que no pertenecía a la creación conocida, hecho de tinieblas que superaban la oscuridad nocturna, de brazos arácnidos y cabeza humana desfigurada. Emergía de la pared desde un portal elíptico, para sujetar la cabeza durmiente de mi cuerpo material. Me quedé absorto ante la inmensidad abierta, tan hipnótica y desconocida. Creí ver movimiento en lo profundo, infinidad de criaturas idénticas, retorcidas y convulsas.

Me percaté de su hambre, de su naturaleza perversa, que pretendía engullir mi mente terrenal. Supo que estaba yo ahí, esperando. Y puso sus dos ojos rojos sobre mi forma astral, aferrándose con más fuerza. 



Incluso siendo inmaterial sentí la punzada de esos dedos puntiagudos en mis sienes. Empecé a tener pensamientos desagradables, de soledad y desesperación. Me invadió una profunda depresión, un sentimiento de fatalidad e impotencia. Sentí esa lágrima fría que resbalaba sobre mis pómulos dormidos.

Y cuando llegué a sentirme inerte en la forma astral, supe qué era lo que había estado esperando. Hice el contacto. Noté con pavor que mi cuerpo había despertado, y que nos mirábamos fijo. Fue inquietante, no como una mirada al espejo. Me guiñó un ojo como si fuera una consciencia separada. 

En una manera de consciencia que más tarde comprendí, me enteré de que estaba alcanzando la Sincronía. Mi cuerpo recostado tomó por el cuello a la criatura, y ésta, debilitada y sorprendida, comenzó a luchar por desprenderse y escapar de este mundo a través del portal, sin éxito.

Mientras tanto, mi Yo flotante y astral se apropió de la constitución del portal, absorbiendo partículas energizadas en lo que serían las palmas de mis manos. La elipse que describía el portal se fue reduciendo, capturando al extraño ser por la deforme cintura. Se escuchó el alarido cuando quedó segmentado: su mitad superior en este mundo y la inferior en el otro.

El ser tuvo una muerte instantánea, y se volvió grisáceo y quebradizo al caer junto a la cama. Un vértigo sin precedentes me volvió a unir al cuerpo material y desperté.

En mi intento por incorporarme y recuperar la lucidez, me restregué el rostro; las partículas capturadas desde el portal se expandieron por mi cuerpo como un impulso eléctrico, y entendí mi misión en cuanto la invisibilidad del cadáver junto a la cama se redujo, dejándolo expuesto.

He visto lo que ataca a la humanidad de esa manera tan cruel, con melancolía y sinsabores que la dividen y conflictúan. He contemplado a los seres malignos, invisibles ante los ojos terrenales; he presenciado su acto de nutrirse, tan vil; y por fin obtendré venganza en nombre de esta gran hermandad.

Hoy mi investigación está completa, he logrado la visión de múltiples mundos, el transporte interdimensional, y he construido armamento. He dado inicio al exterminio de Las Entidades Acechantes. Así les he llamado.


Por: Víctor C. Frías


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