Las amigas que se han ido
La paciente deambuló inquieta por
la sala de esparcimiento, buscando a las dos enfermeras. Así anduvo hasta que
el tiempo se le agotó, y tuvo que volver a su habitación.
Encerrada y deprimida, jadeó,
arrancándose los cabellos, y profirió un grito de soledad. Las enfermeras,
Polly y Barbie, habían cumplido su promesa: se fueron cuando la paciente
comenzó a progresar.
Por: Victor C. Frias
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