Un Encuentro en la Oscuridad

En medio de la somnolencia televisiva, provocada por un infomercial sobre mangueras para jardín, ella percibe el tacto sigiloso de su novio, deslizándose desde su cuello hasta sujetarle el busto.

Apaga el televisor, estremeciéndose en el contacto de aquellos labios con su oreja. Él la toma de la mano y la dirige a la habitación.

Sin encender la luz, la va desvistiendo por el pasillo, para arrojarla a la cama con una fuerza que para ella resulta excitante. 

La toma por el cuello una mano fría. Siente en el ombligo la tibieza, un aliento ardiente.

Inmovilizada, sometida, suda, jadeante, inmersa en el delirio orgásmico.

Llega la culminación más enloquecedora. Los gritos se le sofocan entre los pechos, inundados de dulce, erizada convulsión.

Él se levanta para ir al baño. Sin cerrar la puerta por completo, enciende la luz. Queda un polígono luminoso en que ella se nota cubierta de sudor.





Mientras tanto, revisa las notificaciones de su móvil. No se percata de que no se escucha a nadie orinando.

"LLAMADA ENTRANTE" dice su teléfono. Ver la foto de su novio en el identificador le da una punzada de intriga en el estómago.

"Ya voy llegando mi Amor, me tardé porque llegué por pizza" por supuesto. Era la voz de él.

"Está... bien... cariño" responde, y cuelga con un temblor indescriptible.

La luz del baño se apaga. 

Expectante, se queda quieta, con respiración vacilante. Es incapaz de salir corriendo. Una espantosa curiosidad la tiene ahí, pasmada.

No supo cuánto tiempo se quedó así, sin querer pensar.

Se escucha el rechinido de la puerta que se abre, dilatando la penumbra.

Una respiración caliente ya asoma por el borde de la cama, acosando su espalda descubierta.



Por: Victor C. Frias


Espero hayas Disfrutado de este Relato,

¡Agradezco Mucho Tus Lecturas!

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